Cine de Lillian Hellman: homenaje en el Festival de San Sebastián

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El Festival Internacional de Cine de San Sebastián ha anunciado una retrospectiva integral dedicada a la guionista, dramaturga y novelista estadounidense Lillian Hellman, una de las voces más influyentes y complejas del Hollywood clásico. El ciclo, que se celebrará en la 73ª edición del certamen entre el 19 y el 27 de septiembre, estará compuesto por dieciséis largometrajes que abarcan desde 1935 hasta 1999, y que representan tanto sus adaptaciones teatrales como colaboraciones cinematográficas de alto impacto.

Una obra cinematográfica imprescindible para entender Hollywood

La programación ofrece títulos significativos como La loba (1941), dirigida por William Wyler y con Bette Davis en el elenco, basada en la obra del mismo nombre de Hellman. Este filme se une a otras colaboraciones notables entre ambos, como Esos tres (1936), adaptación de The Children’s Hour, que fue reinterpretada con su título original en 1961, con Audrey Hepburn y Shirley MacLaine en los papeles principales. El ciclo también incluye Calle sin salida (1937) y El forastero (1940), esta última con contribuciones no acreditadas oficialmente de Hellman.

Estas películas reflejan el compromiso narrativo y la profundidad temática de una escritora que abordó con intensidad cuestiones sociales, éticas y políticas, y que nunca rehuyó la controversia. La retrospectiva busca ofrecer una visión amplia del alcance de Hellman en la evolución del cine norteamericano, desde el drama social hasta el western, pasando por el cine negro y la denuncia ideológica.

La humanidad y la potencia de sus creencias

Uno de los puntos culminantes del ciclo es La jauría humana (1966), dirigida por Arthur Penn y con un reparto estelar encabezado por Marlon Brando, Jane Fonda y Robert Redford. Este filme, con guion de Hellman, representa un momento de madurez creativa y política en su carrera. La escritora se mantuvo firme en sus principios a lo largo de toda su vida, incluso frente a la persecución del Comité de Actividades Antiestadounidenses durante la Guerra Fría, un hecho que reforzó su imagen de intelectual comprometida.

Su vínculo con el escritor Dashiell Hammett, figura emblemática del género negro y militante de izquierda, también tuvo una fuerte influencia ideológica y creativa. Juntos trabajaron en Alarma en el Rin (1943), una cinta que alerta sobre el avance del fascismo en Europa y que refleja el posicionamiento político de ambos autores.

Cine y recuerdos: Hellman desde su perspectiva

El ciclo va más allá de sus obras de ficción. También abarca películas que muestran elementos biográficos de Hellman, como Julia (1977), dirigida por Fred Zinnemann, inspirada en su libro de memorias Pentimento. En esta, Jane Fonda encarna a Hellman en un relato sobre el reencuentro con una amiga de la niñez durante el auge del nazismo. La película recibió reconocimiento mundial y ayudó a fortalecer el legado literario y ético de la autora.

El repaso culmina con Dash and Lilly (1999), una película para televisión dirigida por Kathy Bates que examina la complicada relación entre Hellman y Hammett, completando de este modo un ciclo narrativo y temporal que abarca más de sesenta años de historia y cine.

Un homenaje avalado por entidades del cine

La propuesta, llevada a cabo por el Festival de San Sebastián junto a la Filmoteca Vasca y con el apoyo de Filmoteca Española, también presentará un libro monográfico titulado Lillian Hellman. Ficción, memoria y compromiso. Esta obra, supervisada por el crítico Quim Casas, contará con artículos de María Adell, Hannah McGill y Nuria Vidal, y proporcionará un estudio detallado sobre Hellman, su obra literaria, su impacto cultural y su compromiso político.

Este homenaje en formato de ciclo fílmico y reflexión académica sitúa a Lillian Hellman como una figura esencial para comprender el cine del siglo XX desde una perspectiva autoral y comprometida. La selección programada no solo pone en valor su obra cinematográfica, sino que también permite redescubrir a una autora cuya voz desafiante sigue resonando en un mundo que continúa debatiéndose entre la memoria, la ficción y la ética.

Por: Sofía Pérez