OPS llama a reforzar vigilancia y vacunación ante aumento de tos ferina

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La región de las Américas está experimentando un inquietante incremento en los casos de tos ferina, conocida también como coqueluche, una enfermedad respiratoria muy contagiosa que impacta principalmente a los niños pequeños. En respuesta a este contexto, las autoridades de salud exhortan a los países a redoblar los esfuerzos de vacunación, fortalecer la vigilancia epidemiológica y eliminar las brechas de inmunización, especialmente entre los grupos más vulnerables: los menores de un año y los niños menores de cinco años.

La tos ferina está causada por la bacteria Bordetella pertussis y se transmite a través del contacto directo con gotitas respiratorias expulsadas al toser o estornudar. La infección comienza con síntomas leves similares a los de un resfriado común —fiebre moderada, secreción nasal y tos— pero progresa rápidamente hacia accesos intensos de tos espasmódica, seguidos por una inspiración ruidosa que da nombre al característico “gallo” de la enfermedad. En los lactantes, las complicaciones pueden ser graves, incluyendo neumonía, convulsiones, daño cerebral e incluso la muerte.

Hasta el momento, en 2025, siete naciones de América han informado sobre brotes activos de tos ferina: Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, México, Paraguay y Perú. Estos estados han comunicado un total de 14.201 casos y 93 muertes hasta mayo. Aunque esta cantidad es inferior al total regional de 2024, cuando se reportaron 43.751 casos, indica un aumento preocupante en comparación con años anteriores: en 2023 se registraron 4.139 casos y en 2022, 3.283. Este incremento sugiere una tendencia ascendente que podría persistir si no se implementan medidas preventivas de inmediato.

A nivel mundial, el panorama también es inquietante. Antes de la pandemia, entre 2010 y 2019, se notificaban alrededor de 170.000 casos anuales. Durante los años más intensos de la COVID-19, los reportes de tos ferina disminuyeron drásticamente, alcanzando un mínimo de 29.000 casos en 2021. Esta reducción, sin embargo, se debió en gran parte a la interrupción de los sistemas de vigilancia y a la caída generalizada de las tasas de vacunación infantil, más que a un control efectivo de la enfermedad. En 2023, el número de casos volvió a aumentar, superando los 158.000 a nivel global.

Uno de los elementos esenciales que ha contribuido al resurgimiento de esta enfermedad es la disminución en las tasas de inmunización. La inmunización contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (también conocida como DTP) se administra en tres etapas durante el primer año de vida. Sin embargo, en cinco de los siete países que actualmente experimentan brotes, la cobertura de la tercera etapa (DTP3) en 2024 estuvo por debajo del estándar del 95% recomendado. Durante la pandemia, las tasas de cobertura a nivel regional alcanzaron niveles históricamente bajos, con solo un 87% para la primera etapa (DTP1) y un 81% para la tercera en 2021. Aunque en 2023 se observó cierta mejora (90% y 88%, respectivamente), las disparidades internas entre regiones y sectores sociales todavía persisten.

Frente a este escenario, se recomienda alcanzar una cobertura mínima del 95% con las tres dosis de DTP en menores de un año, así como asegurar los refuerzos en etapas posteriores de la infancia y la adolescencia. Además, se enfatiza la importancia de vacunar a las embarazadas, ya que la inmunización durante el embarazo transfiere anticuerpos al feto, brindando protección al recién nacido en los primeros meses de vida, cuando es más vulnerable. También se recomienda la vacunación del personal de salud que trabaja con lactantes o que podría estar en contacto con personas inmunocomprometidas.

El repunte de la tos ferina pone de manifiesto la necesidad de mantener sistemas de salud resilientes, con vigilancia continua y campañas de vacunación sostenidas, incluso en contextos de crisis sanitaria. La protección de la infancia frente a enfermedades prevenibles no debe retroceder. Por el contrario, debe fortalecerse con políticas públicas decididas, coordinación internacional y compromiso de todas las comunidades. Solo así será posible contener el avance de la tos ferina y evitar nuevas muertes por causas prevenibles.

Por: Sofía Pérez